14 El Poeta - El Exilio
Entrada 14
Carta: 2 de bastos.
Moneda: 🎲 2 /D2. Suerte.
7 de junio de 1939
Hoy, en mi camino, me encontré con un hombre cuya presencia me dejó una marca profunda y melancólica. Era un poeta, o al menos lo había sido, pues ahora parecía haber perdido toda la inspiración y la pasión por sus versos. Nos encontramos en un cruce de caminos, ambos llevando consigo las cargas del pasado y el peso de la incertidumbre.
El poeta, que dijo llamarse Miguel, tenía un aspecto desaliñado y una mirada apagada, como si la guerra le hubiera robado no solo su hogar, sino también su alma. Nos sentamos juntos al borde del camino, y, aunque inicialmente se mostró reticente a hablar, poco a poco comenzó a compartir su historia.
Miguel había sido un reconocido poeta antes de la guerra, sus versos eran celebrados en cafés y plazas. Pero la brutalidad del conflicto había apagado su chispa creativa. Me recitó algunos de sus antiguos poemas, pero las palabras salían de su boca con una tristeza palpable, carentes del fervor y la esperanza que alguna vez tuvieron.
Cuando llegó el momento de seguir adelante. Miguel y yo nos despedimos, sabiendo que nuestros caminos, aunque se habían cruzado momentáneamente, seguían direcciones distintas. Sentí que había perdido un poco de suerte en este encuentro, quizá porque ver a alguien tan despojado de su pasión me recordó lo frágiles que somos ante los embates de la vida y la guerra.
Mientras continúo mi viaje, llevo conmigo la imagen de Miguel, el poeta sin ganas de versos. Su historia es un recordatorio de que, aunque la guerra termina, sus cicatrices persisten en formas insospechadas, robándonos no solo lo material, sino también lo intangible, lo que nos hace humanos.
Distancia: 5
Suerte: 4
Imagen de DALL-E 3.