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El camino de Jon Jandai hacia la libertad y la felicidad

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En un mundo donde la complejidad parece ser la norma, donde nos encontramos constantemente corriendo tras metas que parecen alejarse más con cada paso que damos, surge una voz que nos invita a detenernos y mirar en otra dirección. Esa voz es la de Jon Jandai, un campesino tailandés cuya filosofía de vida ha cautivado a muchos alrededor del mundo, incluyéndome.

Jon Jandai no es un gurú de autoayuda ni un empresario exitoso. Es un hombre que decidió volver a lo básico, reconectarse con la tierra y, en el proceso, descubrió una libertad y una felicidad que muchos de nosotros anhelamos pero rara vez encontramos en nuestras vidas modernas.

1. La sabiduría de la tierra

“La vida es fácil. ¿Por qué la hacemos tan difícil?” Esta pregunta, aparentemente simple, es el corazón de la filosofía de Jon. Y la respuesta, según él, está en nuestro alejamiento de la naturaleza.

En una carta abierta que escribí hace mucho, hablé sobre la importancia de producir nuestra propia comida. Jon lleva esta idea un paso más allá. Para él, cultivar no es solo una forma de obtener alimento, sino una manera de reconectarse con los ritmos naturales de la vida.

Imagina por un momento que tu supervivencia dependiera directamente de tu capacidad para trabajar con la tierra. ¿Cómo cambiaría tu perspectiva? ¿Cómo alteraría tu relación con el tiempo, con las estaciones, con el clima?

Jon nos cuenta que en su comunidad, la gente solía trabajar solo dos meses al año en los campos de arroz. El resto del tiempo era para descansar, para celebrar, para estar con la familia. Contrasta esto con nuestra realidad actual, donde muchos de nosotros trabajamos más de 8 horas al día, todo el año, y aun así luchamos para llegar a fin de mes. Sin decir nada sobre los que tienen más de un trabajo.

2. La libertad en la simplicidad

Pero la reconexión con la naturaleza no se trata solo de agricultura. Jon nos invita a repensar todas nuestras necesidades básicas: comida, vivienda, ropa y medicina. En su visión, todas estas necesidades pueden satisfacerse de manera simple y sostenible si aprendemos a trabajar con la naturaleza en lugar de contra ella.

3. La vivienda como extensión de la tierra

Jon nos cuenta cómo construyó su propia casa en apenas tres meses, trabajando solo dos horas al día. Usando barro y materiales locales, creó un hogar que no solo le proporciona refugio, sino que también lo conecta directamente con su entorno.

La idea no es que todos abandonemos nuestras vidas actuales y nos mudemos al campo. Bueno, para la gente de los vídeos del canal de YouTube, Sueños de Ruta, la respuesta es si; múdate al campo ya. Pero, ¿qué pasaría si empezáramos a ver nuestros hogares no como fortalezas que nos aíslan del mundo exterior, sino como espacios que nos conectan con él?

4. La felicidad en lo cotidiano

Una de las lecciones más profundas de Jon es cómo encuentra alegría en las tareas cotidianas. Para él, cosechar verduras de su huerto o recoger huevos de sus gallinas no son tareas tediosas, sino momentos de conexión y gratitud.

En nuestra búsqueda constante de la próxima gran cosa, a menudo pasamos por alto la belleza y la satisfacción que pueden encontrarse en los pequeños momentos del día a día. Jon nos recuerda que la verdadera felicidad no está en tener más, sino en apreciar lo que ya tenemos. Como reza el dicho “no es rico el que mas tiene sino el que menos necesita”.

5. Libertad del consumismo

En uno de mis posts anteriores, hablé sobre la evolución de los CAPTCHAs y cómo la tecnología está cambiando nuestras vidas. Jon nos ofrece un contrapunto interesante a esta carrera tecnológica. Nos muestra que la verdadera libertad no viene de tener el último gadget o la app más nueva, sino de reducir nuestras dependencias.

Al cultivar su propia comida, construir su propia casa y satisfacer la mayoría de sus necesidades por sí mismo, Jon ha logrado una forma de independencia que muchos de nosotros solo podemos imaginar. No está atado a un trabajo que odia, no está agobiado por deudas, no está constantemente preocupado por el futuro.

6. Un llamado a la reflexión

La filosofía de Jon Jandai no es un llamado a abandonar por completo el mundo moderno. Es una invitación a reflexionar sobre nuestras prioridades y a cuestionar las suposiciones que damos por sentadas.

¿Necesitamos realmente trabajar tantas horas? ¿Es necesario complicar tanto nuestras vidas? ¿Podríamos encontrar más satisfacción y libertad simplificando en lugar de acumulando?

Estas son preguntas que cada uno de nosotros debe responder por sí mismo. Pero en un mundo que parece estar girando cada vez más rápido, las ideas de Jon nos ofrecen una pausa refrescante, un momento para respirar y reconsiderar nuestro camino.

Tal vez, como sugerí en mi carta abierta, podamos comenzar con algo tan simple como plantar algunas verduras en nuestro balcón. O tal vez podamos dedicar un tiempo cada día a simplemente sentarnos en silencio y observar la naturaleza a nuestro alrededor, si es que tenemos alguna cercana y si no pues salir a buscarla.

Sea cual sea el camino que elijamos, las enseñanzas de Jon nos recuerdan que la verdadera libertad y felicidad no son destinos a los que llegar, sino formas de vivir que podemos cultivar día a día, con paciencia, atención y una conexión renovada con el mundo natural que nos rodea.

7. Un camino práctico hacia la reconexión

Mientras que Jon Jandai nos muestra un estilo de vida completamente inmerso en la naturaleza, entiendo que para muchos de nosotros, dar un salto tan grande puede parecer abrumador o incluso imposible. Sin embargo, eso no significa que no podamos beneficiarnos de una mayor conexión con el mundo natural.

En este sentido, me gustaría compartir una interesante guía que encontré hace unos meses: la regla 20-5-3 para pasar tiempo al aire libre. Esta “prescripción de la naturaleza” sugiere:

  1. 20 minutos en un espacio verde, tres veces por semana.
  2. 5 horas en un entorno semi-salvaje, una vez al mes.
  3. 3 días completamente desconectados, anualmente.

Esta regla nos ofrece un marco accesible para incorporar más naturaleza en nuestras vidas, sin importar dónde vivamos o cuán ocupados estemos.

Los 20 minutos tres veces por semana podrían ser una caminata por un parque local o incluso por una calle arbolada. Las 5 horas mensuales podrían ser una excursión de fin de semana a un bosque o playa cercana. Y los 3 días anuales podrían ser unas vacaciones de acampada o una estancia en una cabaña remota.

Según esa guía, lo interesante es que la investigación muestra que incluso estas pequeñas dosis de naturaleza pueden tener beneficios significativos para nuestra salud mental y física. Reducen el estrés, mejoran la concentración e incluso pueden acelerar la recuperación de lesiones y enfermedades.

Aunque esta regla puede parecer modesta en comparación con el estilo de vida de Jon Jandai, nos ofrece un punto de partida accesible. Nos recuerda que la reconexión con la naturaleza no tiene que ser todo o nada. Podemos empezar con pequeños pasos y aun así cosechar grandes beneficios.

Conclusión: Nuestro propio camino hacia la reconexión

Las enseñanzas de Jon Jandai pueden parecer radicales en nuestra sociedad actual. Sin embargo, no se trata de emular exactamente su estilo de vida, sino de extraer la sabiduría de su filosofía y aplicarla de manera que tenga sentido en nuestro contexto.

En mi experiencia personal, cada pequeño paso hacia una mayor conexión con la naturaleza ha traído consigo una sensación de paz y propósito. Ya sea dedicando tiempo a caminar en un parque cercano, o simplemente siendo más consciente de los ciclos naturales que nos rodean, he encontrado que estas prácticas aportan una riqueza a la vida que ninguna posesión material puede igualar.

Te invito a que consideres: ¿Cómo podrías incorporar algo de esta filosofía en tu vida diaria? Quizás podrías empezar un pequeño huerto, como sugerí en mi carta abierta. O tal vez podrías dedicar tiempo cada día a observar el cielo, los árboles, o cualquier manifestación de la naturaleza a tu alrededor.

Recuerda, no se trata de hacer cambios drásticos de la noche a la mañana. Se trata de pequeños pasos (piensa en Kaizen), de decisiones conscientes que nos acercan poco a poco a una vida más simple, más conectada y, en última instancia, más satisfactoria.

Como dijo una vez Jon Jandai: “La vida es fácil. ¿Por qué la hacemos tan difícil?” Quizás es hora de que nos hagamos esta pregunta más a menudo y nos atrevamos a buscar respuestas que nos lleven por un camino diferente.

¿Y tú, querido lector? ¿Qué pequeño paso darás hoy hacia una mayor conexión con la naturaleza y, por ende, hacia una mayor libertad y felicidad?


Algunos vídeos de Jon Jandai (algunos están en tailandés pero hay traducción en los subtítulos):